miércoles, 9 de septiembre de 2020

El Ojo del Huracán

 Sola. Perdida. Atizada de forma inesperada por corrientes de aire en violento movimiento que aglomeradas giran alrededor de un mismo punto. Centro de baja presión cuyo núcleo cobija una coreografía colérica junto a sus secretos entre su regazo.

Un sistema tormentoso que en su ojo guarda el peor de los infiernos.

    Fuera del epicentro, la torrencial lluvia acompaña el estruendoso zumbido que marca el compás de la danza; las mismísimas entrañas de este piélago se tornan del revés, provocando que la gran masa de agua salada se retuerza de puro dolor.

Ya no quedan barcos en éste mar, si aún resiste alguno te espera ahí. Búscalo, lo hallarás en el ojo del huracán.

Anillo cuyas paredes se forjaron a raíz de las fuertes embestidas provocadas por las inmensas precipitaciones y los asalvajados vientos del norte más frío; ese perfecto altavoz capaz de convertir el fragor de la tormenta más cruel, en una melodía aparentemente agradable. Dentro de ese agujero, de esa falsa tranquilidad, esa mentira piadosa a la que llamas serenidad, no se ocultan más que patrañas. 

En su interior danza un solo barco, surcando esas aguas de apariencia tranquila al compás de una melodía modificada; un melancólico compás donde, en el seno de sus acordes, puedes tropezar con un silbido agudo y chirriante cuya audición queda casi al margen de una frecuencia perceptible. Las ondas dibujadas en el agua durante la coreografía cuentan una historia, una historia que no ha sido manchada por los esputos de las malas lenguas; una historia, que junto a ese molesto silbido rompen totalmente la armonía de la obra.

Ambas, reflejo del relato que se oculta tras ese abismo de aire y agua, el vivo retrato de la más pura e imperfecta realidad.

Una realidad que temes, una realidad guardada bajo llave.

Pero, por mucho que intentes disimular, ese silbido perdurará a través del tiempo y del espacio con el único propósito de hacerte recordar. Para que nunca olvides que la tormenta nunca se irá, hasta que la seas capaz de atravesar.




domingo, 16 de agosto de 2020

La Pipa Amarga

 Por mucho que intentemos esquivarla, la pipa amarga siempre encuentra nuestro paladar.

Tratamos de detectarla antes de dar el bocado definitivo, ese que convertirá toda nuestra boca en un cementerio de sabor a ceniza. A veces tenemos suerte y antes de hincar el diente nuestra lengua se percata y envía una señal de alarma a nuestro cerebro que nos induce en un estado de alerta y nos impide hacer uso de nuestras mandíbulas para triturar esa cápsula de cianuro.

Extraerla a tiempo no garantiza un resultado 100% efectivo, los residuos depositados por esa bomba de relojería pueden dejar un pequeño rastro amargo en nuestra cavidad bucal.

Sin duda una opción infinitamente mejor comparada con la alternativa, una explosión de alquitrán con textura polvorosa que saturará cada una de tus papilas gustativas y desencadenará una serie de contramedidas inútiles a la par que desastrosas. Tratarás de suavizar esa nube de humo negro en tu garganta a toda costa; intentarás ahogarla con todo un mar de posibilidades, cualquier sustancia líquida digerible a tu alcance será una opción más que viable ante situación tan desesperada, así como la ingesta acelerada y desmedida del resto de semillas, esperando que su caparazón recubierto de roca salada apacigüe el tormento de tal amargura.

Colocarás todo tu empeño y esperanzas en una misión ya de primeras imposible de cumplir. 

Tal vez, y solo tal vez, consigas amedrentar levemente a ese ser maligno que baila libremente entre tus fauces; es posible, que incluso parezca haber desaparecido. Podría haberse visto arrastrado por el río cuyo cauce desembocó en tu vientre, o quizás sus artimañas quedaron sepultadas bajo el resto de sabores con los que trataste de despistarlo. 

Pero en el fondo, sabes que aún sigue ahí, pues a pesar de todos tus esfuerzos siempre quedará un trocito de ese fruto podrido oculto tras los surcos huecos situados entre tus dientes, una sensación molesta y persistente cuyo origen te resultará imposible de hallar y por consecuente de eliminar.

Porque, por mucho que intentemos esquivarla, la pipa amarga siempre encontrará nuestro paladar.




lunes, 3 de agosto de 2020

Entre la Espuma

Maltrecha. Arrojada a ésta falsa comodidad que asumo como mía. Acurrucada entre lazos de plástico, hierro, y descosidos hilos. 

Una música hueca, muda y sorda acompañan el compás de mi cabeza. Sopla el viento a través del molino que canta guiado por su cauce eléctrico, mientras la única fuente de luz que ilumina ésta matriz queda disimulada bajo una vestidura semi-opaca, creando una atmósfera más confortable. 

Más desesperada. 

Más mía

He dejado de ser yo. He dejado éste cuerpo para convertirme poco a poco en un tallo leñoso. Cada extremidad se ramifica y se expande cubriendo todo aquello que encuentra a su paso. Mis pies se han convertido en fuertes raíces, y mis brazos ahora son uno solo. Cada dedo es una rama, y de cada una de ellas emergerán otras más pequeñas, donde sus hojas nacerán solo para morir. Y caer.

¿Qué sentido tiene permanecer en un árbol de ramas secas?

No vale la pena continuar sembrando un campo muerto, es mejor abandonar ésta vida siendo libre, dejando que tu guía sea el viento. Emprender la búsqueda hacia lugares donde el agua fluya pura y la tierra mane vida. 

Un lugar, que es evidente que aquí no encontrarás.

Por más que se ha intentado, tras años de mucho esfuerzo las malas hierbas aún brotan en éstos terrenos. Polvaredas de tierra seca y apelmazada rompen la esperanza de que un día crezca algo de éste suelo. Algo más que maleza.

Para qué allanar el campo si tras el paso de la rastra vuelven a surgir sin control ni mesura todos aquellos hierbajos que tanto esfuerzo me costó retirar. Uno a uno vuelven a su hogar, y aún sigo sin ser capaz de averiguar cómo conseguir que no vuelvan a brotar en ésta tierra, nunca más.

Sopesé la idea de prenderle fuego y acabar de una vez con todo ésto, de dejar tanto lamento y darle fin al problema desde la raíz.

Pero de qué serviría, si mire a donde mire, no encuentro otra cosa que no sea pútrida hierba muerta. Resquicios de algunas flores todavía se ven entre los recovecos que frente a mis ojos forman las ramificaciones que aún se extienden por todo mi ser.

Quedan ya tan pocas, tan pocas... que ya casi ni se alcanzan a ver.

Con los ojos arropados en lágrimas, me despido de mi antigua forma para tornarme uno con la tierra, uno con la emponzoñada ciénaga donde se encuentran enterradas mis raíces, uno con el cielo nocturno que mis extensas y angostas ramas casi pueden alcanzar a tocar.

Viviré por siempre rodeada de fango, una espuma de lodo negro que todo lo consume, que todo lo corrompe. Pero otra cosa os diré, mi pequeña charca de barro es solo mía, soy yo la única que hundirá sus pies en ella, y por nada del mundo permitiré que nada, ni nadie, caiga conmigo.



Cuando a la luna se le escapa una sonrisa, cae la noche en la que renazco poetisa.




miércoles, 13 de mayo de 2020

Nada

Creer.

Qué palabra más bonita... ¿Verdad?

Creer en algo puede ser una fuente de inspiración, una última esperanza, una guía ante lo desconocido o lo que nos da miedo.

Pero muchas veces, nos lleva a transitar por callejuelas nocturnas, vacías de luz y llenas de peligros.



Creer... 
Creer que merecemos cuanto deseemos y más.
Creer que estamos por encima de todo y de todos.
Creer que somos inteligentes mientras nos ahogamos en nuestra propia ignorancia.
Creer que tenemos que pasar por encima de cualquier obstáculo sin detenerse, que lo único que importa es que se alcen victoriosas la Avaricia y Egoísmo personal.
Creer que podemos coger cualquier cosa a nuestro alcance y, peor aún...

Creer que es nuestro derecho.

Sucumbimos ante nuestro Ego día tras día, y lejos de quedar contentos provocamos que todo lo que nos rodea quede también sometido ante él.

¡Arrodillaos!

Habrá castigo para todo aquel que no responda con su debida reverencia.
No quedará superficie sin pulir en este mundo ajado, ni maleza sin arrancar en este bosque viejo.

¡Servidme!

Mis deseos serán satisfechos, pues soy el ser supremo, y mi autoridad debe quedar intacta. 
Mi miseria es, ante todo, el peor de todos los males. 
No habita en este universo ser o coyuntura cuya magnitud sea lo bastante importante como para desatender mis necesidades.

¡Callad!

Vuestra irritante voz genera controversia y repugnancia en mis entrañas.
No atenderé a razones despojadas a priori de su relevancia en función de las creencias o valores que desequilibren la balanza de mi arrogancia.
El veredicto no puede quedar en entredicho.



La imposición como defensa ante la propia dictadura

La ignorancia coronada por su linaje.

Las hazañas, perdidas entre las cerdas de una escoba, barridas junto al polvo.


Y, aún así, seguimos digiriendo nuestras propias mentiras, escupiéndolas mientras aún nos quede saliva.


De verdad... ¿Crees que te mereces algo?

¿Crees que te queda algún derecho que exprimir? ¿Alguna lágrima de la que beber?


No.


No mereces tener nada.








jueves, 30 de abril de 2020

Mediocres

Abro los ojos.
Grávidos, como nunca los había sentido, cayeron de nuevo por su propio peso.
Un peso cargado de angustia.

Tratando de equilibrar la balanza, añado un contrapeso que provoque la apertura progresiva de estas ventanas que dan vida al universo.
No es suficiente, la oposición despliega todas sus tropas.

La resistencia lanza un contraataque, con una seguridad tan clara que parece innata. Uno a uno entregan sus vidas, al igual que las arrebatan. Por una causa, una creencia, una esperanza.

Tras lidiar innumerables batallas, el enemigo es derrotado, la resistencia se alza victoriosa a pesar de tener consigo todas las de perder. Su misión ha terminado, es hora de volver a casa. 

Mis ojos, aún pesados, se niegan a querer ver, pero la realidad no es algo de lo que se pueda escapar por siempre; mientras otros se retiran de la batalla, yo me preparo para poner pie en tierra de nadie y librar guerras aún por descubrir. 

Guerras frías, lidiadas con arcabuces cuyas mechas son muy cortas y por gatillos tienen teclas; la pólvora siempre prendida, y las balas no distinguen entre enemigos y aliados. Aquí todos somos carne de cañón.

Un campo de batalla donde no importa quién eres, ni la historia que se esconde tras de ti, la única preocupación es disparar primero, sin tan siquiera preguntar después. Conflicto que sostiene el odio por bandera mientras el barro de la apatía cubre por completo nuestros pies y mancha nuestras ropas, llegando hasta lo más profundo del corazón. Soldados sin un objetivo concreto, la única regla es sobrevivir llevándote por delante a cuantos más, mejor.

Y el caudillo que más cadáveres logre apilar tras la estela de su despropósito, en una ciega tentativa de ocultar sus propios miedos e inseguridades, que se alce sobre ella y se proclame vencedor. Demanda el respeto del que te crees merecedor para obtener el derecho de humillar a cuantos osen desafiarte de nuevo. 

Ambas manos cerradas hacia todo aquel que pueda necesitar tu ayuda; tiende una de ellas solamente a aquellos cuyo fin sea servirte, y extiende la otra hacia aquellos que, muy por encima de ti, poseen el poder que puede ayudarte a ascender.

¿Por qué ser soldado cuando puedes ser general?

Y para todos aquellos que muestren el suficiente poder para hacerte frente... 

Grita

Apunta

Dispara

Cualquier atisbo de amenaza debe erradicarse sin calcular el coste. Lo único que importa es llegar a la cima. No confías en nadie, pues defiendes como buen traidor, que todos son de la misma condición.

Un llanto sin lágrimas es el teatro al que recurres cada vez que necesitas valerte de la compasión de aquellos a los que en su día abandonaste en sus trincheras. En su peor momento, les diste la espalda bajo la lluvia; ahora, cuando eres tú el que los necesita, un falso corazón emerge entre la polución que es tu alma para que sean ellos los que te despejen el camino de posibles artefactos explosivos.

Lo único que eres, lo único que somos todos y cada uno de nosotros, lo único que hemos aprendido bajo este cielo de metralla y olor a azufre... 

Es a ser mediocres.

Y al final del día, mi único momento de paz es aquel en el que permito a mis ojos perder la batalla de nuevo, dejando que caigan a plomo los párpados, otra vez, para dar paso a un mundo que se encuentre lejos, muy lejos de todo el veneno que recorre este mundo. 

Hasta que tenga que volver a abrirlos.







miércoles, 1 de enero de 2020

CALENDARIO FUTURAMA 2020

¡HOLA A TODOS!

Seguramente si has llegado hasta aquí no necesitas explicación respecto a de qué va esto, pero va:

Durante el pasado año 2019, estuve diseñando y creando un calendario con temática de FUTURAMA, más concretamente enfocado en un capítulo concreto (6x14), donde la empresa Planet Express sufre un momento de crisis y recurren a la creación de un calendario de chicas (so hot) para venderlos y salir a flote.

Como supermegafan de Futurama que soy, esa idea me encantó y desde que vi el capítulo supe que quería hacerlo real... ¡Y aquí lo tenéis!

Si quieres hacerte con uno VISITA MI INSTAGRAM PARA MÁS INFO

Ésta pequeña entrada en concreto es para que podáis acceder al calendario de manera TOTALMENTE GRATUITA

Por temas de protección contra el robo y apropiación de mi trabajo, ésta versión gratuita lleva una marca de agua muy porculera (sorry), espero que lo entendáis. Cada página del calendario (1 por mes) se publicará al inicio de los mismos (es decir, el 1 de enero la página de enero, en febrero la de febrero... y así sucesivamente)

ENCONTRARÉIS EL ENLACE DE LA DESCARGA AL FINAL DEL POST 
(SIN PUBLICIDAD)


Primera imagen gratuita del calendario. ENERO.




FEBRERO



MARZO




ABRIL




MAYO



JUNIO



JULIO



AGOSTO



SEPTIEMBRE


OCTUBRE



NOVIEMBRE



DICIEMBRE



¡MIL GRACIAS a todos aquellos que habéis comprado o descargado gratuitamente el calendario, significa que os ha gustado mi trabajo y eso me alegra muchísimo!

¡HAPPY CHRISTMAS PARA TODOS!