miércoles, 9 de septiembre de 2020

El Ojo del Huracán

 Sola. Perdida. Atizada de forma inesperada por corrientes de aire en violento movimiento que aglomeradas giran alrededor de un mismo punto. Centro de baja presión cuyo núcleo cobija una coreografía colérica junto a sus secretos entre su regazo.

Un sistema tormentoso que en su ojo guarda el peor de los infiernos.

    Fuera del epicentro, la torrencial lluvia acompaña el estruendoso zumbido que marca el compás de la danza; las mismísimas entrañas de este piélago se tornan del revés, provocando que la gran masa de agua salada se retuerza de puro dolor.

Ya no quedan barcos en éste mar, si aún resiste alguno te espera ahí. Búscalo, lo hallarás en el ojo del huracán.

Anillo cuyas paredes se forjaron a raíz de las fuertes embestidas provocadas por las inmensas precipitaciones y los asalvajados vientos del norte más frío; ese perfecto altavoz capaz de convertir el fragor de la tormenta más cruel, en una melodía aparentemente agradable. Dentro de ese agujero, de esa falsa tranquilidad, esa mentira piadosa a la que llamas serenidad, no se ocultan más que patrañas. 

En su interior danza un solo barco, surcando esas aguas de apariencia tranquila al compás de una melodía modificada; un melancólico compás donde, en el seno de sus acordes, puedes tropezar con un silbido agudo y chirriante cuya audición queda casi al margen de una frecuencia perceptible. Las ondas dibujadas en el agua durante la coreografía cuentan una historia, una historia que no ha sido manchada por los esputos de las malas lenguas; una historia, que junto a ese molesto silbido rompen totalmente la armonía de la obra.

Ambas, reflejo del relato que se oculta tras ese abismo de aire y agua, el vivo retrato de la más pura e imperfecta realidad.

Una realidad que temes, una realidad guardada bajo llave.

Pero, por mucho que intentes disimular, ese silbido perdurará a través del tiempo y del espacio con el único propósito de hacerte recordar. Para que nunca olvides que la tormenta nunca se irá, hasta que la seas capaz de atravesar.