sábado, 22 de septiembre de 2012

Sueños Infantiles


Me he cansado de sueños estúpidos que no llevan a ninguna parte, que vuelan sin rumbo por mentes ansiosas de escapar de esta realidad fría y dura. Por una vez quiero mantener los pies en la tierra y dar un paso firme y fuerte hacia la realidad dejando atrás los sueños de niños. 
Este no es el cuento de hadas con el que de pequeña siempre soñé, pues... 
¿Dónde está mi carroza? 
¿Y los dulces pajaritos que me dejan cantar sola? 
¿Y esa magia que adorna toda fantasía? 
¿Dónde está ese príncipe que irá en busca de su princesa con tacones de cristal? 
 No, en esta historia ni siquiera hay sapo al que besar.
Ya no quiero ser esa niña que se alimentaba de sueños y fantasías. Quiero abandonar el país de nunca jamás y enfrentarme al mundo real. Quiero crecer. Pues esta vida es para vivirla, y solo los fuertes son capaces de vivir día a día sin tener que buscar un refugio entre los recovecos de sus anhelos. Vivir una mentira nunca fue una mala opción para mi cuando tuve que elegir. 
Pero ahora se que no fue la mejor opción.
Y con ello, no renuncio a todo sueño. Renuncio a soñar una vez bajo de mi cama y emprendo camino hacia un nuevo día, y retomo mis sueños una vez cerrados mis ojos mientras me envuelve el espíritu de la noche. Solo en ese momento, me permito soñar. 
Solo en ese momento, vivo en un mundo totalmente diferente y nuevo. 
Solo, en ese momento, hay sapo al que besar. 
Pero, cuando la luz del sol vuelve a colarse por mi ventana... 

Hay que despertar. 


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